Superliga Europea
- Conferencias y textos
- 29 mar 2019
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Actualizado: 22 feb
Josep Queralt
A veces, de tanto en cuanto, se produce alguna declaración pública de algún presidente de club de primera división de las más importantes ligas europeas en el sentido de que debería crearse una superliga europea de clubes de fútbol con 20 equipos. Ciertamente, después de estas declaraciones se producen otras por parte de algún que otro directivo de la UEFA criticandolas. Lo cierto es que establecer una superliga europea es cuestión de tiempo.
Las razones para crear dicha liga son múltiples, para empezar hablemos de la calidad futbolística de los equipos que integran las primeras divisiones de las ligas de los países europeos. Tan sólo 2, 3 ó 4 de ellos por liga pueden considerarse equipos de primer nivel capaces de generar fútbol de grandes kilates, otros 10 equipos generan un fútbol de calidad media con momentos de gran desarrollo de juego pero con otros más bien regulares y otros de nivel bajo, finalmente tenemos unos 6 equipos que raramente juegan bien y que tienen algunos períodos de tiempo de fútbol regular pero que por lo generalmente ofrecen un espectáculo futbolístico de escaso nivel. Así pues durante una temporada regular de competición liguera puede decirse que tan sólo de 8 a 12 de la totalidad de 380 partidos que se juegan en primera división, los protagonizados por los grandes clubes y por el equipo revelación de la liga, ofrecen un futbol de un gran nivel deportivo con partidos competidos jugados de tú a tú y al ataque o al ataque por parte de uno y al contraataque por parte del otro. Los partidos protagonizados por los equipos medios de la tabla de clasificación, no más de unos 20 ó 25, pueden tener también un cierto nivel futbolístico que depende en gran medida de cómo tengan el día los jugadores, pero los restantes 348, salvo dignas excepciones, son partidos en que los equipos mejores juegan al control del balón pero sin grandes jugadas de ataque y los equipos peores ponen el autobús delante de la portería y se quedan a verlas venir esperando no encajar gol alguno y esperando a que en algún contraataque ocasional marcar un gol que les dé una victoria pírrica. Por lo general estos partidos son aburridos para el espectador y tan sólo tienen interés para las dos aficiones de los equipos que juegan, más por el resultado final que no por el juego desarrollado. La mayoría de espectadores del fútbol no los ve por lo aburridos que son. Seamos realistas, aunque no quede bien decirlo, la mayor parte de estos partidos son lo que podríamos llamar fútbol-menor.
Además, la diferencia de nivel futbolístico entre los grandes equipos de las ligas con los equipos de nivel medio es tal que las ligas no tienen aliciente y siempre, o casi siempre, las ganan los mismos. Podemos decir que las ligas no son competitivas.
En cambio, una liga con los mejores 20 equipos de Europa sí que sería competitiva. De entrada, la igualdad de todos los equipos que la compondrían haría que los partidos fueran igualados y de un alto nivel futbolístico, muy probablemente, el campeón no sería el mismo equipo cada año Ciertamente no veríamos encuentros en los que un equipo pusiera el autobús delante de la portería tal vez excepción hecha de los equipos italianos que, como es tradición en ellos, juegan al “catenacio”. Y además se verían cada semana
Además la clasificación final de la Superliga sería mucho más representativa de la auténtica jerarquía futbolística en Europa ya que los ganadores y los perdedores de la Superliga habrán tenido que jugar con todos los equipos que la compongan. Realmente la clasificación final será muy fidedigna del nivel futbolístico de cada equipo a nivel europeo, cosa que no acaba de suceder en la Champions League ya que ésta se juega a eliminatorias a doble partido que son decididas por sorteo, lo que hace que equipos buenos que ganan con solvencia puedan quedar eliminados con tan sólo que hagan un partido malo cuyo resultado es definitivo mientras que también sucede lo contrario, que equipos que van clasificándose a duras penas pueden llegar a la final e incluso ganarla. La verdad es que esto ni es representativo ni es justo.
Esto provocaría un aumento considerable de la audiencia que no sólo vería los partidos de su equipo sino muchos otros, ya que éstos serían un buen espectáculo deportivo. Los ingresos por derechos audiovisuales también aumentarían en la misma proporción y los bares no sólo se llenarían de clientes cuando jugara el equipo local sino que también se llenarían para ver otros partidos. Los estadios de fútbol se llenarían también prácticamente todas las jornadas debido a que todos los partidos serían atractivos.
En verdad esto no sólo sería beneficioso para los grandes clubes puesto que equipos de las ligas nacionales que casi nunca se clasifican para la Champions League tendrían una oportunidad clara de hacerlo y lo mismo vale para lo que se refiere a la Europa League, sin mencionar el hecho que las ligas nacionales serían entonces mucho más competitivas ya que los equipos que van del 5º al 10º puesto de la tabla de clasificación de las actuales ligas tienen, por lo general, un nivel parecido y podrían verse partidos competidos para obtener un puesto en la liga que los clasificara para la Champions League
Otra virtud que tendría esta Superliga sería el de conformar una competición de auténtica dimensión europea. Esto reforzaría la idea de la unidad europea de forma práctica y mucho más que lo hacen las declaraciones públicas de los líderes europeos.
Para ascender a la Superliga desde las ligas nacionales sería necesario ser semifinalista de la Champions league. Así pues los cuatro mejores clasificados de la Champions entrarían automáticamente en la Superliga mientras que los cuatro últimos clasificados de la Superliga bajarían a sus respectivas ligas nacionales.
Es por estas razones por lo que debería establecerse una superliga europea.
Barcelona, 2 de mayo de 2020.
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